Esta histórica propiedad, conocida como Can Riboy, ofrece la oportunidad de vivir en una auténtica casa de payés de 100 años, cuidadosamente restaurada y conservada. Con una superficie construida de 208 m², la vivienda de dos plantas conserva el encanto original de su arquitectura, con techos de madera, fachadas de piedra revocada y una típica cubierta a dos aguas con teja.

En la planta baja, se encuentra un acogedor recibidor, un comedor, una cocina reformada y un baño. En la planta superior, se distribuyen tres amplias habitaciones y una sala de estar, ideales para el confort de toda la familia. La vivienda está equipada con calefacción, agua corriente y electricidad de alta calidad, garantizando una estancia confortable durante todo el año.

Además de la vivienda principal, la propiedad cuenta con varias construcciones anexas, incluyendo un garaje, trasteros y una zona de antiguamente utilizada como corrales ideal para tener una caballeriza, sumando un total de 220m2 de edificaciones anexas.. Estas edificaciones conservan su estructura original, con techos de teja y detalles de hormigón armado. También se encuentra una pequeña casita exterior de 16 m², perfecta para utilizar como cuarto adicional o cualquier otro uso.

Con un estado de conservación bueno en su totalidad, Can Riboy es el lugar perfecto para aquellos que buscan combinar el encanto de la tradición con las comodidades modernas. ¡No dejes pasar la oportunidad de vivir en esta auténtica joya rural!
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