Esta paradisiaca finca es un jardín botánico privado con espectaculares vistas al atlántico y a las montañas. Un sitio tranquilo con absoluta privacidad. La casa principal es la obra de un maestro carpintero suizo, de un arquitecto alemán y de la creatividad de sus dueños. El resultado es la fusión de las antiguas cuevas con la estructura de madera y cristal, inundado de luz creando un ambiente muy acogedor. Se distribuye en el gran salón con una galería, un baño, la cocina y el dormitorio. La casa dispone además de un estudio con baño con acceso separado y de una habitación en la torre con vistas panorámicas aún más impresionantes. En los infinitos jardines nos encontramos con un apartamento para invitados de aproximadamente 40 m2, con una vivienda en cueva de 80 m2, una bodega en cueva y otra cueva que sirve de trastero/taller. Hay una sauna, un jacuzzi y una ducha al aire libre y varios espacios de almacenaje. Alrededor de las casas hay rincones para sentarse o tumbarse en terrazas con hermosas vistas, una de ellas con porche y barbacoa, y tampoco falta el rincón para las gallinas. Hay tres cuevas rústicas mas a medio reformar, las cuales se puedan transformar en viviendas. El material para terminarlas está a disposición.
Mucho esfuerzo, paciencia y una dedicación aún más apasionada ha creado un paisaje de jardín con una exuberante vegetación rica en especies. La propiedad tiene dos aljibes para el riego. De las más de 7.900 m2 de terreno en total se pueden dedicar hasta 3.000 m2 a la agricultura. Actualmente están plantados aproximadamente unos 1.000 m2 en plena productividad.
Dispone de agua potable, luz de compañía de suministro de energía y de placas fotovoltaicas. Tiene un espacio ideal para crear una piscina infinita.
Hay un garaje cubierto para dos coches y espacio para aparcar ocho coches más. La orientación de la propiedad es suroeste, soleada y protegida del viento a unos 550 metros de altitud, convierten esta finca en un lugar privilegiado, donde disfrutar del sol y el aire libre durante todos los meses del año. Ubicada a tan sólo unos minutos en coche a Villa de Arico, donde se puede disfrutar de su casco histórico de interés cultural, supermercados, colegios, restaurantes, tiendas, bancos, farmacia, centro de salud, etc
Las bonitas y cercanas playas de Abades y de El Porís a tan solo 8 kilómetros invitan a darse un baño y disfrutar también del mar.
Qué bonito cuando encuentras jardines con arboles que han existido y crecido durante años y que ya han desplegado todo su esplendor. Estos lugares son oasis de paz, lugares para quienes buscan relajación y confort sin renunciar a nada.
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