El concejo de Villaviciosa es de sobra conocido por lugares tan icónicos como Tazones, El Puntal, Argüero o incluso Quintes, ya casi considero el Gijón 2.0 para mucha gente amante de la naturaleza pero ávida de conexiones en todas direcciones. Cuna, al igual que Nava, de la sidra natural que tanto y tanto amamos, no es sólo lo que ya conocemos, porque hay mucho más si nos alejamos un poco y miramos desde arriba.

Y esta imagen más amplia nos permite salir de la autopista en dirección Villaviciosa capital y seguir hacia zonas más tranquilas, más verdes aún, y con vistas al mar como quizá aún no te habías imaginado. Y así llegamos un día a Rales, se nos abrió de par en par la vegetación, y descubrimos uno de los pueblos con las mejores vistas del concejo, de eso estamos seguros.

Como ya bien sabemos, estos pueblos esconden joyas, y la gema preciosa que hoy os presentamos es una imponente casa adosada de piedra, totalmente rehabilitada, con un aire moderno y concepto abierto que nos hace sentir que hemos acertado desde el primer momento.

Sobre una superficie de 197 m2 nos sobra un trocito de terreno para poder sacar una mesas y sillas y desayunar recibiendo ya el Sol de la mañana, pues la casa recibe todo el Sol posible durante todo el día. Frente a la casa, una pequeña caseta donde se encuentra la caldera de gasoil y el depósito de 1000 litros, y donde nos sobra aún espacio de sobra para demás herramientas de jardinería y otros enseres (por ejemplo, unes madreñes). La casa solo está adosada por su cara Norte a un garaje de un vecino, por lo que la sensación de independencia es ideal en torno a toda la propiedad. Toda la piedra se ha conservado y limpiado a la perfección, y el tejado está en perfecto estado.

La casa cuenta con dos plantas, que suman unos 140 m2 aproximadamente útiles, con dos dormitorios en planta baja, y uno en la superior. Un cuarto de baño completo en cada planta, amplios y luminosos, y un salón cocina en planta baja de unos 40 m2 con chimenea y equipada, a falta de algún electrodoméstico. Este salón tiene una chimenea ideal para calentar aún más y dar más calidez a la casa, que ya cuenta con radiadores de gran tamaño y ventanas de madera con doble acristalamiento, pero además el sistema eléctrico está totalmente renovado. La escalera de madera que separa las plantas es espaciosa y no hace más que aportar aún más luz entrando por cada uno de sus espacios, que hacen de esta casa un concepto diferente a lo que estamos acostumbrados en estas casonas de piedra asturianas. Además, arriba cuenta con un espacio de salita bien amplio con un bonito armario empotrado, ideal para libros o alguna cosina que encaje bien en el hueco. La ventana de esta sala, como colofón, nos permite ver el mar en todo su esplendor, que no es cosa menor. O dicho de otra manera, parafraseando, es cosa mayor.
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