Presentamos este maravilloso inmueble situado en Patones de Arriba, una de las pocas poblaciones de Madrid consideradas a día de hoy “Villa”. A tan sólo 60 km de la Puerta del Sol, en un entorno de paz y calma, una Villa de calles empedradas y casas construidas en pizarra, acoge a nuestra protagonista.
Edificada desde los cimientos en 1998, cuidando cada detalle pero sin faltar al estilo arquitectónico de la zona, los 292 metros cuadrados construidos rebosan estilo y belleza ya que, si bien por fuera es una preciosa casa rústica, en el interior vemos el esfuerzo por albergar una moderna vivienda de dos plantas, de espacios abiertos y detalles únicos, como son los suelos de gres, paredes pintadas en liso, ventanas climalit con rotura de puente térmico y oscilobatientes, maderas de IPE y tantas otras características que harán de este inmueble un espacio único para vivir la realidad de un sueño.
Está dotada de tres entradas: una por la calle Despeñadero y las otras dos por la calle Buenavista. Accediendo por la calle Despeñadero, lo primero que podemos encontrar es un luminoso recibidor, que sirviendo de antesala, da paso al majestuoso salón. Destaca en él, la magnífica estufa noruega que, con sus tres modos de utilización, calienta la casa con un comedido consumo energético.
El salón sirve de distribuidor para acceder al resto de la vivienda: la habitación de invitados; la cocina, a través de la cual se llega al aseo y a la terraza y la escalera que lleva a la segunda planta.
Accedemos a una cocina tan amplia, que alberga una mesa de comedor, junto a un hogar que además de ofrecer calidez en invierno, puede usarse a modo de asador o parrilla, dándole a la comida el sabor que ofrece el fuego de leña.
Al fondo, un aseo y a la izquierda la salida a la maravillosa terraza, con mesa, sillas y bancos de madera de teca, donde disfrutar de un eterno desayuno, en una primaveral mañana y poder observar el paisaje de media montaña que puede ofrecer un pueblo tan singular como Patones de Arriba. También es uno de los accesos desde la calle.
Nuevamente en el salón, al otro lado de la estufa, se abre la habitación de invitados, con patio propio y salida a la calle para una total privacidad de los huéspedes.
Volvemos al salón para subir la señorial escalera de madera de IPE, un material conocido por su dureza y su resistencia al paso del tiempo (conocida popularmente como madera de acero o “Iron Wood”).
Ya en la planta superior, lo primero que vemos es un dormitorio abierto, protegido por la balconada que asoma al salón.
A su lado, la biblioteca de gran luminosidad, en dónde pasar las tardes disfrutando de uno de los mayores placeres de la vida y un espacioso vestidor a su espalda.
Al otro lado, frente al dormitorio, descubrimos un baño completo, de gran tamaño, con bañera y con dos ventanas que aportan luz natural.
Y, finalmente, el despacho de la casa, con terraza-solarium propia, donde hacer un “break” en el teletrabajo adquiere un nuevo significado.